jueves, 11 de octubre de 2012

ESCALERAS Y ESCALOFRÍOS


Y cada escalón era el preámbulo de una muerte;
precipicio tras precipicio...
fugitivo del temor, avanzaba
con los ojos titubeando en cada abismo.

No había rastro del mañana
ni si quiera huellas de un análogo,
tan solo esa débil aurora
a lo lejos del peldaño.

Mas debajo de las uñas yacía el yeso
de las resbaladizas paredes de la vida
donde el amor fue un impulso por la misma
y cada paso un silencio, y una victoria.

Hoy cuento que ascendí,
Hoy cuento mi historia.

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